miércoles, 10 de agosto de 2011

Como Agua para Chocolate y otras expresiones comestibles


Todos alguna vez hemos visto una película o leído un libro que en diversos momentos de la vida y por alguna razón nos tocan el sentimiento, la emoción...quizás porque llegan en el momento justo en que necesitamos sus palabras, sus enseñanzas.

La relación emociones-comida siempre ha sido un tema que me ha apasionado, y recuerdo que cuando vi la película “Como agua para chocolate” cuando tenía tal vez 15 años, nunca había eliminado de mi mente la imagen de ese almuerzo suntuoso que preparó Tita a base de codornices cocidas en una salsa con pétalos de rosa, una combinación que luego ocasionó una reacción sensual en cadena de todos los invitados, y no hubo uno solo que pudiera resistir al llamado de la pasión, del calor que generaba este potaje maravilloso que Tita había preparado poseída por una emoción fuerte, intensa al pensar en Pedro, el amor imposible que no olvidaba; ese que le había regalado las rosas que luego usó para preparar las codornices.

Desde ese momento, siempre tuve como referencia este film al momento de entrevistar algun chef sobre el tema del estado de ánimo a la hora de cocinar, de inspirarse para crear un plato nuevo, un menú que impresione. Y todos coincidían en decirme que no es posible cocinar cuando se está enojado o triste; mejor dicho, sí se puede, pero el éxito no está garantizado...Contrario al caso de los poetas o los escritores, que muchas veces escriben sus versos más impactantes en momentos de profunda tristeza o rayando en la locura como el caso de pintores como Vincent Van Gogh.

Hace una semana, y de manera inesperada, llegó a mis manos esta vez el libro “Como agua para chocolate”, gracias a mi amigo americano Antonio, compañero de trabajo aquí en Italia. Un día voy a su casa y me dice: Oye, tengo este libro que me regaló una vez una amiga mexicana cuando estudiábamos en el colegio en California. Nunca lo he leído porque está en español y entiendo poco.

Así, descubrí que se trataba de la intensa novela de la mexicana Laura Esquivel, que ha pasado ya por tantas ediciones y por tantas manos y paladares.
Me sumergí en sus páginas llenas de recetas, una dedicada a cada mes del año, una para cada emoción, para cada recuerdo...Me estremecí con la forma en que Tita describe su primer encuentro con Pedro y lo compara con un buñuelo cuando está listo para entrar en el aceite hirviendo. “A punto de caramelo” como diríamos nosotros. Y es que cada expresión que usaba se podía explicar a través de la comida, bien sea porque representaba un plato, o bien porque había algún dicho o frase relacionada con algo comestible.

Eso me hizo pensar en nuestras expresiones idiomáticas venezolanas y difundidas también en otros países, frases que usamos a diario, pero que pocas veces nos detenemos a pensar en su relación con la comida, y que explican emociones, chistes, haciendo referencia a algún plato o ingrediente.

Estos fueron algunos de los que logré recopilar:

“Ay ay ay, Maracay! Come queso y come pan, la paliza de San Juan”(hace parte de una canción infantil, para advertir a los niños que se portan mal)
“A punto de caramelo!” (Cuando alguien está listo para que suceda algo inesperado. Normalmente tiene que ver con la conquista.)
“Estamos como sardina en lata” (Cuando hay una aglomeración de gente en un carro o en un sitio público)
“Echale pichón!” (Es el quivalente a Echale ganas en México, sólo que hace referencia al ave comestible)
“Pargo” (es una palabra que se usa para definir a un hombre afeminado, pero con referencia al pez de carne blanca en Venezuela. Frito es delicioso!)
“Zanahoria” (Se le dice a una persona que es muy sana, muy inocente)
“Sembré piña y salió parchita!” (Una típica expresión folklórica para referirse a un hombre que es “del otro lado”)
“Chévere cambur!" (Típica frase de los años 80 que expresa emoción, que las cosas van bien)
“Darse un jamón” (en el folklor popular define un modo un poco burdo las muestras de pasión públicas entre las parejas)
“Soplar el bisteck” (Expresión usada cuando a uno le gusta el novio de otra o la novia de otro)

“Chúpate esa mandarina!” (Es igual que decir: Toma tu tomate! Agarra lo tuyo que lo tienes merecido, o “Cómo te quedo el ojo?”)

Frases que el colectivo fortalece al usarlas a través del tiempo y que pasan de generación en generación, así como las letras de la mexicana Laura Esquivel y las míticas y emocionantes recetas de Tita que hacen justicia a cada emoción expresada en diversos momentos de la vida...

No hay comentarios:

Datos personales

Mi foto
Food lover, wine lover, deeply curious, very communicative and emotional and ready to share by writting! ;)